‘Hardcore’: muestra de arte contemporáneo en Londres reivindica el sexo sin tabúes

En la Galería Sadie Coles HQ de Londres se presenta por estos días una exposición que pone en primera plana el poder intrínseco al sexo, la naturaleza diversa de la intimidad y las diversas formas en que reaccionamos a ella. Todo un tema, polémico siempre, abordado esta vez por 18 artistas internacionales. La muestra, que se nombra Hardcore, porque en ella hay mucho de sexo explícito, podrá visitarse hasta agosto.

Si una cosa propone Hardcore es resistir a la cultura de la cancelación. En palabras de los curadores, esta nueva política de “lo correcto” ha provocado “un descenso” de los debates en torno a temas complejos. De ahí que la iniciativa en Sadie Coles HQ traiga al público exámenes “más matizados de la sexualidad”. Las obras aquí expuestas “ponen a prueba sin reparos los parámetros de la experiencia humana, desafían las convenciones sociales y crean un espacio para la exploración psicológica” a través de la curiosidad y la experiencia sexual.

El amplio terreno de la sexualidad se investiga y experimenta en esta exposición, buscando reivindicar la mirada de “quienes han contado estas historias alejadas de los placeres dominantes” y “han sido menospreciados históricamente por examinar el deseo y el placer”.

Los artistas de Hardcore son: Darja Bajagić, Monica Bonvicini, Miriam Cahn, Elaine Cameron-Weir, KING COBRA (documentada como Doreen Lynette Garner), Bob Flanagan y Sheree Rose, Maryam Hoseini, Tishan Hsu, Stanislava Kovalcikova, Bruce LaBruce, Tayeba Begum Lipi, Monica Majoli, Tiona Nekkia McClodden, Carolee Schneemann, Joan Semmel, Cindy Sherman y Andra Ursuţa. Sus exploraciones son provocativas, sin dudas, y muchas tienen en común lo sexualmente explícito y lo sadomasoquista, a través de la fotografía, la escultura, el cuero, las cadenas, los látigos y los genitales de silicona.

A la medida de cada artista se dibujan muchos modos de vivir la sexualidad, a fin de cuentas, todos hablan desde su propia subjetividad sexual y desde su libertad expresiva. “Elegir crear desde este lugar podría considerarse una decisión vulnerable, pero la vulnerabilidad es, al fin y al cabo, el poder supremo”, argumentan los curadores. “Históricamente, las interpretaciones dominantes de la vulnerabilidad han sido elogiadas cuando ya estaban en manos del statu quo, lo que ha llevado a que la vulnerabilidad sólo se vea de una manera y esto es bastante patético. La vulnerabilidad es un arco iris”, aseguran.

Para el público menos lanzado, la curaduría aclara que no todas las obras de la muestra son necesariamente pornográficas en el sentido más estricto de la palabra, hay piezas no figurativas, por ejemplo. La intención de la totalidad de las obras no es hacer pornografía, sino adentrarse en las infinitas contradicciones en las que habita el sexo, “porque el sexo tiene una urgencia innegable, y esta urgencia nunca es algo frágil. El sexo nos excita”, dice el texto de presentación de Reba Maybury, artista, escritora y dominatrix política. De manera que todos los artistas de Hardcore juegan a ver cómo pueden sentirse más vivos, según Maybury. “Estas obras no te seducen, porque no tratan de ti”, tratan, eso sí, de la gran diversidad sexual que existe en este mundo.