Proceso de producción de la bola de flor de esmalte de color de Boshan (Google Arts&Culture)
Proceso de producción de la bola de flor de esmalte de color de Boshan (Google Arts&Culture)

los hornos del dolor

Voracidad: desintegración de la sombra, tango de postura eterna. Punzada: implantación del dolor, espejo de ondulante cuerpo. Maceración: modelación de la muerte, ciervo de azogue perpetuo. Fractura: proximidad de la madera, maniquí de cambiante rostro. Destierro: fundación del polvo, animal de cascarón crujiente. Placer: remembranza del grano, tren de escamado cuerpo. Pecho: leprosorio de aire, injerto de mi alma extinta. Hijo: invento fotográfico, metal de dilatación perenne. Hambre: asustados perros del enigma, puente de algodón sangrante. Sangre: varilla que no cede, vino del nunca jamás. País: legumbre de las noches, cataplasma de tomillo rancio. Muerte: arroz sin escogido grano, invierno sin los reyes mágicos. Tiempo: tiempo, tiempo.

tornillo de banco

Las partes de hierro se nos aproximan. Son un estado furioso de la materia. Maniobras mecánicas: la palanca hace girar un tornillo de rosca cuadrada. Nos sujeta. El metal conoce otras profundidades del camino. Aun así, muerto ante nosotros, empuja con la lentitud de un río. Impone hundirnos para siempre. Quiebra el almácigo que dije nos sostendría. Quiebra la rama que lo había resistido todo. Nos han llevado a ser masa fusionada de una maquinaria antigua. Y sientes la solemnidad de esta especie en la acción de marcar. Tuercen en mí las armazones. Soñé destruirlas con saliva mientras mentía sobre algunas playas que tampoco he visitado. Impone, esta fuerza descomunal, los ojos de tu piel al fieltro colocado para disimular la cáscara perdida en los sucesivos arrastres. Además del lenguaje del metal, la ron- quera de mis voces que ya no dan un placer armónico. Percibes la abrasión que supone estancarse, no fluir nunca más. Atracar en el endemoniado flujo de la vida. Muevo el tornillo. Cultivas tu fuerza conforme el pelo de rosca rebasa una frontera tras otra. Y ya sentimos, a través de un ojo común, el rugido leve de la rama.

piso de los sueños

Pulir el piso con una daga. Raspar la superficie del granito. Buscar unos ojos bajo la condensación de la materia. Exponer la fuerza de tus brazos. Hacer saltar las gotas hacia la superficie. Observar con impaciencia las facciones de los dados. Un sueño: piso que se hunde. Uno de esos que los hombres pulen al domar las bocas de las máquinas. Pasta blanca / asimila lo absoluto / se suelda en las telas, los pies. En las voces de los ojos. Los sueños también desprenden una pasta blanca. Quedas atrás por el peso de esa sangre. Te mueves tan lentamente que el tiempo de los males termina por agarrarte. Adelanta. Sobre el piso te impones el reto de pulir / la vida. Ya alguien dijo que es un sueño. Hombres / tenían una máquina / no enorme / indescifrable. En tu mano una daga. En el mango la nobleza del alce y de su cuerno. En la otra mano un pozo ciego que escupe raza, agua, frío. Intermitentemente. Raspas la corteza de los suelos. Horadas con parsimonia el sueño que la noche dibujaba con las tintas de la fiebre. Es vivir una historia siempre en una noche. Raspar con fuerza desmedida las superficies azulosas. Hacer aparecer la nitidez. Bajo ese cristal se repite un aturdimiento triste.

contenido de los hijos

canutillo que de papel te inventas / la aspiración que es la inversión del suspiro / ya no es un sueño / un objetivo / una meta / ahora: una aproximación mecánica a la sonrisa / chupa los animales juguetones / chupa el sudor que por dentro los empapa y los detiene / con la presión que le absorbes los vitrales fuerzan el candado / después de la verja un jardín de plantas carnívoras / un trasplante de una ciudad en otra / trágate los quistes que el dolor les imponía / extrae del sirope el recuerdo del gato que se pudre en el medio de la calle, el libro que el aire deshoja, lo transparente de la lluvia / aunque congeles tus bocas saca de ellos los aires fantasmales que los más tiernos confunden con invierno / no los desinfles / que no crecen / no pintan / no serruchan / no imploran / forma las burbujas donde plantar si puedan los carnavales del verano / sus puntas de calor / los fangos necesarios de sus aguas / no le extraigas la borrachera del crecer / sus mares / sus dentelladas que los descarnan / destrozan / no aspires siempre / no aspires / a veces sopla / el vidrio y la carne inventan espuelas con el aire /

patria de las abrasiones

¿Qué es esto?, me dijo un niño mostrándome un puñado de hierba. /
¿Qué podía yo responderle? / Yo no sé lo que es la hierba tampoco.
Walt Whitman, “Canto a mí mismo”

Con escoba amarga y con sal hicieron los pedazos de los hombres. No importó si se botaban las lombrices por las futuras heridas. Al final el disco abrasivo, después el camuflaje. El dolor que causa la escoba amarga en el blanco de los ojos, la cicatriz que la sal eterniza. Un país siempre simula una continuación de la ficción de sus rayas. Rojizos los alambres y las fraguas donde se trenzan. Fui criado en la costumbre de vestirme con las ruinas. Nos parecemos en beber siempre de la misma leche endurecida. Con la muela abrasiva nos rasparon los salientes. Alguien recogía los restos y los hacía tragar. Y así se repetía el ciclo vez tras vez. Abrasión –contorno –tragadero de la sobra. Aparecía sobre el suelo el alma de la escoba amarga, su tentáculo alguna vez se agarró de las piernas. Alguna vez fue la pierna que arrastrabas sobre los nombres de arena. Alguna vez ese arbusto se convirtió en una rama mística que inflama la mucosa de los ojos. Así corrompe el crecer de los hombres. Así esmerila la grandeza de su fauna. Ardor que desgarra hasta lo inmenso de las cosas. Y te rozan con sus ramas, y te ponen de pie contra la hoja abrasiva. Algo te quitan, un frijol de tu destino, al menos un aliento de tierra.


* Estos textos pertenecen a El libro de la extrañas densidades, Cristálida Ediciones, 2023.

Colabora con nuestro trabajo
Somos una asociación civil de carácter no lucrativo, que tiene por objeto principal la promoción y fomento educativo, cultural y artístico. En Rialta nos esforzamos por trabajar con el mayor rigor profesional en la gestión, procesamiento, edición y publicación de los contenidos y la información. Todos nuestros contenidos web son de acceso libre y gratuito. Cualquier contribución es muy valiosa para nuestro futuro.
¿Quieres (y puedes) apoyarnos? Da clic aquí.
¿Tienes otras ideas para ayudarnos? Escríbenos al correo [email protected].

Deja un comentario

Escriba su comentario...
Por favor, introduzca su nombre aquí