om ulloa (FOTO Hypermedia)
om ulloa (FOTO Hypermedia)

La poeta cubanoamericana om ulloa –que firma así, con iniciales minúsculas– estuvo invitada nuevamente a la reciente Feria del Libro de Chicago, donde presentó su último poemario. El libro se titula plagios y utiliza también la inicial minúscula, aunque, lejos de plagiar, sencillamente toma obras conocidas como punto de partida para ir a lo suyo. “Sin puntos ni comas, / sin mayúsculas exageraciones”, dice ulloa “plagiando” a e. e. cummings.

Tan apasionado es el mecanismo verbal y gráfico de estos poemas que por momentos parecen algo vivo que respira, repta y salta. Sobre nosotros. Hojear estos plagios es atestiguar un trabajo, y casi un combate, cuerpo a cuerpo, porque la autora maneja las palabras como el pintor que se vale tanto de sus pinceles como de sus dedos y termina todo salpicado por su lucha con la forma. Y además transfigurado.

“Capacidad crea volumen / proyecta existencia”, escribe la poeta en unos versos dedicados a las fotos de Vivian Maier, donde dice plagiar “una foto que era mi foto a la entrada de un cuarto sin luz”. Y eso hace om ulloa, “proyectar existencia” con sus dibujos verbales, en un texto intensamente visual más allá de los rejuegos tipográficos, con una prestidigitación de plasticidad tan imaginativa como un experimento de videoarte proyectado directamente en el interior de los párpados. O la animación de fantásticos daguerrotipos.

Todo el engranaje del libro arranca con una cita de Severo Sarduy –“Plagio, robo y pillo todo lo que me gusta”– tan vehemente y socarrona como el propio título, que nos engaña con su aparente levedad para no revelar los graves acontecimientos que tendrán lugar en el escenario de papel.

A color y blanco y negro a la vez (donde casi me ahogo de belleza)

Nacida en Matanzas en 1958, ulloa tuvo que marcharse de Cuba con su familia a los diez años (“un film borroso de 16 mm, a color y blanco y negro a la vez”), pero su ciudad natal será para ella desde entonces la memoria de un lugar “donde casi me ahogo de tal belleza”. En su “plagio” de García Lorca, con mordacidad y dolor, asegura que “yo no iré a Matanzas ni a La Habana ni a Santiago”. Y es que se fue a España, a Miami y a Chicago, donde reside hoy y donde ha publicado ya varios libros en los que hibrida prosa y poesía con sus “prosemas”, lejos de la isla y también del exilio cubano en su sentido más mediático.

La obra de om ulloa se caracteriza por una experimentación formal y lingüística que desafía los límites tanto entre los géneros literarios como entre las identidades culturales, sin dejarse estabular ni etiquetar, en una búsqueda constante que tampoco se detiene en la autocontemplación. La severidad creativa de ulloa comienza con ella misma, que ni siquiera se considera poeta. Ya Jesús J. Barquet, poeta y ensayista compatriota suyo también radicado en Estados Unidos, había descrito un libro anterior de la autora como “una de las más radicales y logradas aventuras en prosa y verso de la literatura cubana e hispanounidense actual”.

El sello que publica plagios se llama kýrne –también con inicial minúscula– y radica en la Universidad de Rockford, en Illinois. Este proyecto editorial, que pretende consolidar un catálogo poético tan creativo como riguroso, está liderado por Yoandy Cabrera, un académico, ensayista y poeta cubano que se ha convertido en influyente promotor de la poesía de su país.

Cabrera nos dice en las palabras introductorias al poemario que ulloa “presenta la lectura como un diálogo tenso, vivo y polémico” y “busca el contrapunteo, el reverso, el otro lado de las ideas de diversos autores”. Señala además cómo esa (re)lectura lleva recurrentemente “hacia lo biográfico y personal”, e incluso cómo, “igual que sucede en textos suyos anteriores, la cubanidad alcanza sentido sólo en su negación, en la distancia”.

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Cubierta de ‘plagios’ (kýrne); om ulloa (IMAGEN Cortesía de Yoandy Cabrera)
Cubierta de ‘plagios’ (kýrne); om ulloa (IMAGEN Cortesía de Yoandy Cabrera)

La singularidad ulloa

Por su parte, también en las palabras introductorias, Kristin Dykstra, importante traductora y divulgadora de la poesía cubana en Estados Unidos, ve en plagios una “meditación del proceso creativo”, y nos recuerda que ulloa, más que poeta, “se prefiere reconstructora y/o recreadora por su atracción hacia lo que percibe como grietas o fallos en los materiales, moldes e identidades, y en las palabras”. De hecho, considera que “om ulloa es una singularidad” donde se precipitan las figuras, símbolos y culturas más variadas e inesperadas.

Anotemos, de paso, la coincidencia de que plagios fuese publicado en 2022, cuando se cumplía el centenario de Ulises, la obra con la que James Joyce puso el lenguaje y la estructura en el epicentro de su sismo literario. El poemario de om ulloa llega también a más de medio siglo de Tres tristes tigres, un hito narrativo cubano igualmente motorizado por el lenguaje, y al que se hace referencia numerosas veces en plagios, donde la imitación de voces, la plasticidad verbal y la polifonía cobran un relieve semejante.

Y hablo de estas dos novelas porque el poemario de ulloa tiene un dramatismo verbal e insinúa una épica urbana que recuerdan de algún modo aquellas aventuras literarias, además del vigor de los “personajes”. Y aquí apuntamos que la autora encabeza cada texto del poemario con el nombre del “plagiado” y al final cierra con el nome de plume o heterónimo que “escribió” el “plagio”, quien vendría siendo el “plagiario”. Y en el libro tropezamos en varias ocasiones con las iniciales GCI del escritor cubano entre los autores “plagiados”, y varios “plagios” están firmados por “Tresom tristes tigrullos”.

Estos heterónimos o autores ficticios merecen párrafo aparte, por la ingeniosidad lúdica y sarcástica con que la poeta mezcla su propio nombre con el de los autores “plagiados”. Así, Severo Sarduy se convierte en Severom Sardulloa, Anna Ajmátova en Ana Ajmatomu, Tristan Tzara en Tristom Tzarullo, Gertrude Stein en Gertrom Ullostein, Lydia Cabrera en Lydou Cabrullom, Haruki Murakami en Harakiri Omatraka. Y José Lezama Lima será lo mismo Jo Lezumba Limom que Jou Lezumo Lomo. Y, en fin, del “autor” Internet-Safo de Mitilene tendremos a Intersafou de Mitillom.

Sin embargo, paradójicamente, la enorme complejidad formal del poemario persigue la nitidez. Incluso en esos dibujos verbales tan revoltosos como “la inversa delicia de las ligeras bigotudas alicias”, que aparece en su “plagio” de Gertrude Stein. Y es que la escritura de om ulloa utiliza los recursos de lenguaje como un fotógrafo recurre a varios implementos para captar con mayor precisión la imagen –que su mente deduce– del objeto fotografiado.

Tampoco es que aquí todo sea superficie y contorno de la imagen, sino que, según se construye el discurso poético, va apareciendo una aproximación más ajustada al sentido de la propia percepción. Porque, si la expresión es ya una manipulación, el problema para la poeta sería hacia dónde manejamos las palabras. Y si la realidad resulta inalcanzable, construyamos entonces una ficción poética real y decentemente habitable.

¿Poética de libertad? (“gallina no alaba caldo” (plagio de Lydia Cabrera)

Y aquí entra el punto de la libertad, otro de los impulsos en la obra de om. Un ímpetu imbricado en su búsqueda desinhibida de la expresión más honesta de sí misma. Como la vida de esta poeta estuvo marcada por el drama que significó el totalitarismo castrista para su familia y para su país, la libertad no es un valor abstracto o un ideal inefable para om ulloa, sino algo tan concreto y vital como puede serlo el acto de escribir.

Esa vivencia del sentido de la libertad es básica para su insistencia en una nitidez cada vez más desasida de supuestos y limitaciones. Pero, en su emancipado uso de las herramientas de precisión, hay también un cuestionamiento de esos utensilios. Como el lenguaje es aproximación inacabable, om crea sin cesar nuevos lenguajes para mantenerse en su camino hacia la nitidez.

Uno puede sentirse tentado de ver una poética, una prolija declaración estética y hasta ética, pero de cualquier manera no debemos desatender la intensidad misma de om, la asombrosa concentración de su mirada poética, que no quiere perder ningún detalle significante ni en la percepción ni en la expresión.

Y más allá del ejercicio de formas y estilos literarios que juegan entre ellos y se transfiguran, el tema de fondo de plagios sería la íntima angustia, desnuda y frágil, aunque sin rastros de autocompasión. La enunciación vital que uno pretende hacer para ser. No llevar la vida a la poesía, sino ser en la poesía.

om ulloa “desguazando pescuezos de guanajos” (plagio de Julián de Casal)

Pero ser desborda las palabras y se revela así una angustia más desoladora. En ese desierto, sin embargo, nos salva una especie de amor orgánico por el verbo. Orgánico como diciendo orgiástico. Apolo báquico, no porque lo apolíneo se vaya de tambores a Dadá, sino porque, en medio de la confusión, la lucidez se afianza con la ironía y hasta con el sarcasmo fiero.

Estamos en medio de un acto sacrificial del lenguaje, y en la hoguera arden las palabras como corazones humeantes, para reclamar a una divinidad muda la clave verbal del “mundanal ruido”. Tal búsqueda es una tragedia en sí misma, porque el orgullo transgresor tiende a extraviar a quien se lanza contra lo desconocido, que es silencio esencial.

En el momento en que arden las palabras, los personajes de esta tragedia hablan entre las llamas con voces que se confunden y que la autora llama “plagios”, pero son máscaras de una visión de farsa. El carnaval en medio del escenario de la tragedia. Las figuras bailan, las voces se entrecruzan, la música se arremolina. Y al final lo que podemos leer es el poso que se asienta, implacable como una ceniza al rojo vivo.

La libertad en blanco y el esquema humeante de la nada (¿Cosi Fan Cubitutti?)

Pero acaso el “clímax” del drama poético, el momento que concentra gran parte de la energía y el sentido del poemario, sea “nuEstra broma cOlOsal —plagio de/a la Distopía en el trópico sin memoria del (sub) desarrollo. No están todos los que son ni son todos los que están”. Se trata de una pieza en prosa que juega con títulos de libros y obras cubanos de diverso tipo, como Todos se van, La nada cotidiana, Paradiso, Animal tropical, El Siglo de las Luces, El mundo alucinante, Conducta impropia, Motivos de son, Una broma colosal, Fuera del juego

El poema comienza con una fluidez rotunda y va directo al grano: “todos se van debido a la nada cotidiana que mana del paradiso colonizado y sodomizado esos dos viejos pánicos…” Y concluye así: “nuestra arcadia todas las noches siempre fuera del juego de las palabras escritas en la arena de la tierra impertinente”. El “plagiador” deja al final su firma, que es casi una punzante declaración: Cosi Fan Cubitutti.

Por su parte, la memoria, la literatura y el dolor del exilio se fusionan íntimamente en “Impregnados de Guerlain”, que parte de “La gran puta”, de Virgilio Piñera, a quien la ulloa evoca en una pequeña crónica poética: “y él, silente, escuálido y tembloroso iba viendo cómo / ciudad habana nos pasaba dejándolo todo atrás como / esos diez años hundidos ya en el olvido a un día de / empezar el éxodo de los vencidos y vi entonces a aquel / hombre flaco, sucio, trágico y desnutrido / —¿sería acaso Virgilio?” El “plagio” va firmado por Virgiliom Piñullo.

Ya om ulloa había dejado claro en su poemario palabrerías aNalfabéticas, de 2017, que ella escribe “con la libertad que me permite la hoja en blanco”, sin otro propósito “que no sea escupir letras, volverlas a succionar y tragarlas para regurgitarlas, una y otra vez, en ritual a veces agotador”, ante el “temblor de todas las posibilidades”.

Y esa sería acaso una clave en la obra de esta autora, el “ritual agotador” ante el “temblor de todas las posibilidades”, porque ulloa no se puede explicar por ningún momento cultural y ninguna etiqueta de posmodernidad o posironía. Hay mucha desnudez carnal y demasiada agonía comprometidas en su poesía, y podemos ver momentos en que la poeta logra inscripciones de pasmosa elegancia, como en el “Poembudo” en que “plagia” a Severo Sarduy y a Luis de Góngora: “por donde se vierte en delirio el pensamiento / desilusión sinuosa la interrogante en trizas / del esquema humeante de la nada / que es polvo de la vida apenas”.

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