El italiano Tommaso Santambrogio ganó el Premio Bisato d’Oro a la Mejor Dirección por su ópera prima, Los océanos son los verdaderos continentes (2023). El galardón, correspondiente a la vigésima convocatoria de la sección independiente Giornate degli Autori, fue concedido por críticos independientes en el marco del 80o Festival Internacional de Cine de Venecia (del 30 de agosto al 9 de septiembre).
Los océanos… es una coproducción entre las empresas italianas Rosamont y RAI Cinema, y la cubana Cacha Films; esta última, una compañía independiente fundada por la productora Claudia Calviño –quien confirmó la buena nueva a Rialta Noticias— y el director Carlos Lechuga. La película se filmó en San Antonio de los Baños, provincia cubana de Artemisa, y contó con un elenco completamente isleño.
Tommaso Santambrogio consumó un poético retrato de algunas personas residentes en ese poblado periférico (a solo algunas decenas de kilómetros de La Habana), que se debaten entre la soledad y la emigración. El director italiano se ocupa, con agudeza y sensibilidad, de esa apremiante problemática, y pone especial atención en el modo en que el fenómeno migratorio impacta íntima, familiar y socialmente tanto a quienes deciden partir como a quienes se quedan.
La película tuvo su génesis en un cortometraje homónimo realizado en 2019 por el director italiano como parte del taller “En la isla con Lav Diaz”, impartido por ese autor filipino en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños. Aquel cortometraje, asesorado por Diaz, también se exhibió en la Mostra veneciana, en su 76o edición, donde recibió el premio a “Mejor contribución técnica”.
Los océanos… teje tres historias centradas en sujetos de diferentes generaciones, movidos por diversos propósitos, enfrentados a conflictos y circunstancias personales distintas, pero todos confinados por la difícil realidad insular. La primera contempla la experiencia de Alex y Edith, una pareja de jóvenes artistas cuya relación se reciente ante la inminente partida de ella hacia Europa. La segunda se acerca a la amistad de Frank y Alain, dos niños que, contra los dictados ideológicos recibidos en la escuela, sueñan con vivir fuera de Cuba; también la relación de ellos peligra al consumarse la salida de Frank y su familia. La tercera mira hacia los días de Milagros, una anciana que intenta paliar su soledad a través del recuerdo de su esposo, fallecido en la guerra de Angola.
Uno de los valores indiscutibles del filme está en la agudeza con que Santambrogio se acerca a una experiencia tan singularmente cubana. Aunque moldeados por el paisaje socio-económico del país caribeño, los sueños, las ambiciones, los deseos de estos individuos resultan universales. La clave de Los océanos… se encuentra en mirar el adentro de las personas.
Entre los recursos mejor instrumentados en la película, está su resuelta fotografía en blanco y negro. “Pensé que el blanco y negro era la única forma en que podía fotografiar Cuba”, dijo el realizador. Sobre todo, porque –en función de aprehender el alma de sus personajes– posibilitaba “superar el imaginario colectivo occidental que todavía ve la isla como un lugar feliz de autos vintage, casas coloridas, mojitos, fiestas…”.
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A propósito de la certera mirada del realizador europeo al contexto cubano, el crítico Antonio Enrique González Rojas escribió:
San Antonio de los Baños es un retablo que acoge las tragedias de Edith, Alex, Frank, Alain y Milagros, mientras colapsa silenciosamente bajo el peso de su propia calamidad. Mientras sus habitantes lo abandonan en furtivo tropel, la ciudad se deja morir, se convierte en su propia lápida. Mientras los cubanos huyen de Cuba, la nación deja que sus venas se vacíen y va cediendo al influjo del sueño eterno. Cuba se ha ido convirtiendo en pasado irrecuperable para millones, se desplaza hacia el territorio de la memoria, en el que pervivirá con los brillantes y permanentes colores del pasado atesorado. El país que alguna vez fue ilusión, solo será posible como alucinación.
Filme de apertura de la Giornate degli Autori, la ópera prima de Santambrogio también fue celebrada por los espectadores asistentes al certamen veneciano. Aunque el mayor número de votos para el Premio del Públicolo recibió el filme Quitter la nuit, dirigido por Delphine Girard, también Los océanos… mereció una mención en dicho apartado.
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