Michael Snow, artista multidisciplinar canadiense y uno de los más conocidos e influyentes creadores del cine experimental contemporáneo, realizador de filmes como Wavelenght y La région centrale, falleció este 5 de enero a los 95 años.
Snow, que fue escultor, pintor, músico profesional de jazz y cineasta, se convirtió en la década de 1960 en una de las figuras más representativas del cine de vanguardia gracias a una obra en la que exploró los límites de la percepción, el lenguaje y la temporalidad.
Nacido en Toronto en 1928, estudió en la Upper Canada College y la Ontario College of Art. Durante los años cincuenta y sesenta tocó jazz como profesional mientras era además pintor y escultor. Más tarde, formó el conjunto de improvisación libre canadiense CCMC y dio conciertos en solitario y con diferentes formaciones en Canadá y otros países. Su obra musical está recogida en una docena de álbumes editados a partir de los setenta.
A inicios de 1960 se mudó con su pareja, la artista Joyce Wieland, a Nueva York, donde trabó relación con la ola de creadores del cine de vanguardia de esa ciudad, entre ellos figuras tan conocidas como Hollis Frampton, con quien colaboró ocasionalmente, Stan Brakhage y Jonas Mekas.
La obra que lo hizo célebre y le ganó una audiencia internacional, Wavelength (1967), se centra en la exploración de una habitación con la cámara, en un zoom lento de 45 minutos, mientras el sonido de una onda sinusoidal se escucha. Esta pieza inspiró el llamado movimiento del cine estructural, que busca trabajar sobre la materialidad del medio. Hoy se le considera una de las películas experimentales más importantes de todos los tiempos, al punto de que la revista Village Voice la incluyó entre las 100 mejores de la historia, por encima de filmes narrativos populares como Suspiria, Star Wars y Blade Runner.
En cuanto a La région centrale (1971), para realizarla, Snow mandó a construir una cámara especial, con una especie de brazo robótico y controlada por computadora, que le permitió hacer todo tipo de panorámicas, encuadres, zooms y desplazamientos en 360 grados partiendo de la cima de una montaña en Quebec. Durante 190 minutos se aprecia el paisaje a través de diversos movimientos que permiten comparar texturas y formas del cielo y la topografía del terreno montañoso. La banda de sonido está compuesta de texturas sonoras y efectos electrónicos.
La obra fue registrada durante cinco días en 16 milímetros y Snow seleccionó fragmentos que le permitieran construir una progresión del paso del tiempo desde que amanece hasta que anochece. En este estudio sobre el paisaje, trabajó el tema de la deshumanización de un entorno y el uso de la tecnología para explorar visualmente un espacio, logrando imprimir una sensación de extrañeza en las imágenes. Según el realizador, con ella querían remitir al material que captaría una nave alienígena al llegar a la Tierra.
El importante crítico Manny Farber calificó a Snow en 1970 como “un inventor inteligente que ya es una figura fundamental y se vuelve más influyente cada día. (…) Incapaz de un movimiento inexperto, torpe y sensiblero, es una verdadera curiosidad, pero sobre todo por una capacidad intelectual franca y decente que mantiene estas películas en un camino abstracto perfecto, casi siempre lejos del preciosismo”.
Posteriormente, Snow trasladó sus experimentos a múltiples medios, entre ellos la holografía, la escultura y la imagen de síntesis digital.
“Mis pinturas las hace un cineasta, la escultura un músico, las películas un pintor, la música un cineasta, las pinturas un escultor, la escultura un cineasta, las películas un músico, la música un escultor… a veces todos trabajan juntos”, ironizó en una ocasión, según lo cita Art News.
Asimismo, la fotografía fue a menudo el centro de su trabajo. Por ello, su primera retrospectiva en un museo de EEUU, en 2014, en el Museo de Arte de Filadelfia, se tituló “Photo-Centric”.
En Canadá, Snow fue considerado uno de los artistas más importantes de la historia reciente, con exposiciones individuales organizadas a lo largo de su carrera en la Galería de Arte de Vancouver, la Galería de Arte de Ontario, la Galería Nacional de Canadá y el Musée d’art Contemporáneo de Montreal. También fue elegido para el Pabellón Canadiense de 1970 en la Bienal de Venecia.
Fuera de su país, se incluyó en la muestra Información (1969), del curador Kynaston McShine, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, a la que se le atribuye haber ayudado a solidificar el movimiento conceptualista, y en la edición de 1977 de documenta Kassel, Alemania.
Su exposición más reciente de nuevos trabajos, que gira en torno a su libro La colección de fotografías de mi madre (2022), se encuentra actualmente en la Galería Martine Aboucaya, de París.
Snow fue descrito en ArtReview como “una bestia rara: un estructuralista con sentido del humor, un cineasta que reconoció que jugar con las limitaciones del medio también era una forma de reconfigurar nuestro sentido de la percepción cotidiana, utilizando el arte como un medio para capturar y cristalizar la jodida locura de pasear con un cuerpo que piensa y siente”.
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