El casi octogenario Pablo Milanés, una de las voces más reconocidas de la canción cubana a lo largo y ancho del mundo, expresó una vez más su convencimiento sobre el fracaso del sistema político imperante en Cuba por más de sesenta años, a la luz de los acontecimientos que este julio han reposicionado a la nación caribeña en el foco de la mirada internacional.
Milanés se sumó, con un pronunciamiento en su cuenta oficial de Facebook, a numerosos artistas –muchos del ámbito de la música popular– que han denunciado la represión del Estado cubano contra las masivas protestas que afloraron el domingo 11 de julio.
Hasta la fecha, se han reportado al menos 600 detenciones de manifestantes, según datos recogidos por activistas cubanos, en colaboración con la organización independiente Cubalex, mientras que la prensa estatal confirmó un fallecido de 39 años en La Habana.
“Es irresponsable y absurdo culpar y reprimir a un pueblo que se ha sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen que al final lo que hace es encarcelarlo”, dijo Milanés, en respuesta también a la criminalización de las protestas populares en el discurso oficial.
“Desde hace mucho tiempo, he venido expresando las injusticias y errores en la política y gobierno de mi país”, agregó el autor de temas antológicos como “Yolanda” y “El breve espacio en que no estás”, quien apuntó luego que, en el escenario político actual, deposita su confianza “en el pueblo cubano”.
Afirmó también Pablo Milanés que corresponde a ese pueblo buscar y decidir “el mejor sistema posible de convivencia y prosperidad”, uno “con libertades plenas, sin represión y sin hambre”.
Muchos jóvenes estuvieron en la primera línea de las movilizaciones que exigían mejores condiciones de vida y un cambio de Gobierno en Cuba. De los cientos de arrestos que hasta el momento se han denunciado en la isla, al menos nueve corresponden a menores de edad, según los datos recogidos por el citado informe.
En apoyo a ese sector que salió a las calles cubanas, el cantautor señaló: “Creo en los jóvenes, que con la ayuda de todos los cubanos, deben ser y serán el motor del cambio”.
Pablo Milanés experimentó en carne propia la violencia de Estado cuando apenas tenía 23 años y fue internado en las Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP), campos de concentración y de trabajo forzado que en los sesenta fueron destinados a “reeducar” a escritores, artistas, religiosos y homosexuales por “atentar” contra la moral revolucionaria.
Militares con bayonetas lo esperaban junto a cientos de autobuses encargados de trasladar a los reclusos. “Para un muchacho de 23 años aquello fue brutal”, dijo el cantautor sobre la experiencia de las UMAP en un documental que se estrenó en 2019.
Por estos días, al menos una docena de artistas e intelectuales a nivel nacional han abandonado públicamente, a través de las redes sociales, la membresía de organizaciones gremiales como la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) o la Asociación Hermanos Saíz (AHS; de corte juvenil), a las que han recriminado su inmovilismo y su silencio respecto a casos de represión injustificada contra sus propios afiliados, y por extensión la “complicidad” con un proceder estatal considerado “abusivo”.
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