Artista cubano Roberto Diago expone un arte “atemporal” en Martinica

El artista cubano Roberto Diago (La Habana, 1971) expone por primera vez en Martinica. Su muestra Un arte para todos los tiempos se inauguró el 10 de marzo y podrá verse hasta el 2 de mayo próximo en la Fundación Clément, con sede en la comuna martiniquesa de Le François. Aunque no ha sido concebida como una retrospectiva, la exhibición abarca más de veinte años de creación.

Comisariada por el coleccionista y galerista de origen estadounidense Gilbert Brownstone, Un arte para todos los tiempos exhibe obras bidimensionales, gráfica, videos, esculturas e instalaciones. Aquí, Diago se regodea en temas que investiga desde el inicio de su carrera: los rastros del esclavo en las personas negras, los materiales reciclados, la diáspora africana y la resistencia de los cuerpos subalternos…

La Fundación Clement describe al cubano como “uno de los artistas más importantes y singulares de su generación”. “La obra de Roberto Diago”, agrega, “está marcada por un compromiso social. Aunque no se somete a un solo discurso o tema, es quizás la denuncia del racismo la que ocupa más espacio en su obra pictórica e instalaciones”.

“El artista defiende sus ideas a través de sus obras, ya sean figurativas, escultóricas, fotográficas, instalaciones e incluso a través de sus lienzos monocromos, blancos o negros”, sostiene Brownstone. “Diago esculpe. Diago pinta, pero nunca olvida el propósito profundo de su arte. Su batalla es contra el racismo y las diferencias. A primera vista, se podría decir que estas obras están relacionadas con el arte minimalista. Sí, pero no solo. Sus pinturas monocromáticas son metáforas”.

Diago, quien ha expuesto en más de una veintena de países y tiene obras en varias de las colecciones más importantes del mundo, llega a esta otra isla caribeña con varias de sus piezas más icónicas. Todas ellas, desde una consciencia afrodescendiente, insisten en la colonialidad como un dispositivo que elimina la voz personal; por eso muchos de sus rostros no tienen boca. La voz, como agenciamiento político, es parte de la resistencia a la que Diago se dirige dentro de su imaginario etno-racial.

“Diago inscribe su diferencia”, dice además el curador de esta muestra. “Es importante subrayar este aspecto mayor y original de su obra: una pintura que a primera vista se calificaría de minimalista porque es en blanco o negro. En realidad, no lo es porque unas simples manchas rojas arrojadas sobre el negro del lienzo representan la sangre, o las cuerdas verticales que dividen la blancura en otras piezas evocan las cadenas de la esclavitud, el racismo. En pocas palabras, Diago nos transmite su mensaje con mucha fuerza y ​​elegancia y eso es lo que hace que su trabajo sea tan personal”.

Brownstone asegura que Un arte para todos los tiempos hace un recorrido “imparcial” y “bastante completo” por los diferentes formatos y series que ha cultivado Roberto Diago. “Nos complace presentar”, agrega, “obras muy antiguas e inéditas que datan de la década de 1990, así como obras recientes que poco se parecen a las de su primer período. Al mismo tiempo, el público tendrá la posibilidad de convivir no con una, sino con varias de las manifestaciones y técnicas más recurrentes en su obra”.

Desde 2005, la Fundación Clément apoya la creación contemporánea con la organización de exposiciones en la Habitación Clément y el enriquecimiento de una colección que reúne a artistas caribeños. La institución favorece a artífices con residencia en la cuenca del Caribe y, aunque no descarta otras prácticas, privilegia la pintura y la escultura. En busca de esa estética caribeña, esta fundación resguarda más de 800 obras de casi 300 firmas.

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