El artista visual Daniel Barrio (Cienfuegos, 1988) presenta en Madrid su exposición La levedad de lo cotidiano. La muestra, compuesta por 16 piezas, se podrá ver hasta mediados de octubre en María Porto Gallery, ubicada dentro de El Corte Inglés que se encuentra en el número 65 de la calle Raimundo Fernández.
La curaduría subraya que, “a través de sus obras, Daniel Barrio busca construir un documento fehaciente de la inmediatez de la domesticidad, pero congelando un momento concreto, cargado de significado, silencio y misticismo. Por medio de su pintura, el artista captura la esencia de lo intangible. Para ello, utiliza objetos que lo acompañan en su día a día, así como distintos patrones geométricos que nos rodean”.
A los 14 años Daniel Barrio se dijo: “Yo voy a ser pintor”. Estudió artes visuales en su natal Cienfuegos y con 22 años llegó a Madrid. En la capital española estudió cine y escaparatismo. Después de experimentar con varios materiales y soportes, se dio cuenta de que estaba cansado de la obra fácil; prefería hacer algo un poco más exigente. Hasta hoy, cuando su práctica se alimenta de la trituración, del cernido, del vapor, de los procesos de secado, de la sedimentación y de la lentitud para crear un cosmos que emancipe “la levedad de lo cotidiano”.
Es ahí, en ese intersticio, donde Barrio establece una micropolítica de los objetos. Objetos cotidianos; pero no por ser cotidianos son privilegiados. Al contrario, son reducidos a la invisibilidad. Daniel Barrio ve. Observa las esquinas, los suelos, las grietas, las cabezas troceadas, los barcos encallados. Metaforiza las ruinas.
“Objetos suspendidos en el tiempo, geometrías que nos rodean en nuestro día a día”, dice la curaduría. Es eso y es mucho más. Es la intransigencia política de poner el foco en lo mínimo, en lo que se esconde tras lo instagrameable, en lo que pisamos, en lo que nos sostiene.
La metodología que utiliza Daniel Barrio consiste en tomar espacios físicos o de la memoria, reconstruirlos y crear otras realidades. A veces, sus piezas parecen maquetas de maquetas; otras, ejercicios de contemplación.
A Daniel Barrio le interesa realizar, sí, paralelismos, desmontajes, entrelazamientos; pero, sobre todo, insiste en el oficio de la arqueología. No hay escapatoria, su sima, esa cavidad, la encuentra en la levedad de lo cotidiano, en la profundidad poética de los espacios.