Reina María Rodríguez, una de las poetas más destacadas de Cuba, y Kristin Dykstra, una de las más asiduas traductoras de poesía cubana a la lengua inglesa, protagonizarán una lectura bilingüe abierta al público y seguida de una sesión de preguntas y respuestas, que acogerá la Emory University el próximo 2 de abril.
En el evento se leerán, en español y en inglés, poemas inéditos de Reina María Rodríguez, además de otros incluidos en el libro La foto del invernadero, ganador en 2020 del PEN Award for Poetry in Translation y nominado a los Premios Nacionales de Traducción que otorga la Asociación de Traductores Literarios de Estados Unidos en la versión que realizó la propia Kristin Dykstra (The Winter Garden Photograph, Ugly Duckling Presse, 2019). Este poemario de Reina María Rodríguez había recibido ya en 1998 el Premio Casa de las Américas en Cuba.
Escenas que se cuentan a medias, el poema nunca terminado, la confesión que nunca llegó a hacerse, las verdades que se entreven lo mismo en los restos de un gesto o de una conversación, que en fotos y recuerdos, van configurando el registro de la experiencia que tiene lugar en la escritura de Reina María Rodríguez, reconocida hoy como una de las más sólidas, no sólo al interior de la tradición literaria cubana, sino también en un contexto más amplio de la lengua española. Junto al Premio Nacional de Literatura en Cuba (2013) y la Medalla Alejo Carpentier (2002), ha recibido importantes reconocimientos internacionales como la Orden de Artes y Letras de Francia (1990), el Premio Ítalo Calvino (2004) y el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2014).
Además de a Reina María Rodríguez, desde los años noventa, Kristin Dykstra viene traduciendo a otros poetas cubanos como Ángel Escobar, Juan Carlos Flores, Omar Pérez y Marcelo Morales. Sobre su experiencia como traductora de la obra de Reina María Rodríguez y la relación de trabajo que han mantenido ambas por largo tiempo, Kristin Dykstra contó en una entrevista de 2020: “Yo empecé en los noventa como alguien muy tímida, muy respetuosa, siempre esperando mi momento, y con cierto miedo a Reina. Con el tiempo me di cuenta de que el momento perfecto nunca iba a llegar. Ahora interrumpo a todos en voz alta, insisto en las preguntas, dibujo círculos y flechas en marcadores rojos o fluorescentes, hago gestos con los brazos extendidos, y a Reina también le envío carpetas con preguntas adicionales resaltadas, y después la llamo por teléfono para asegurar que terminemos algo. Ella siempre me responde de buena gana cuando por fin logro atraer su atención, y luego tengo muchas pistas para seguir”.
Para acceder a más información y registrarse al evento puede consultar el siguiente enlace.