Murió el poeta cubano Manuel Díaz Martínez, en su exilio de Las Palmas de Gran Canarias

El poeta cubano Manuel Díaz Martínez falleció este sábado, en su exilio de Las Palmas de Gran Canarias, a los 86 años, informaron fuentes familiares.

“Amigos, Manuel Díaz Martínez, nuestro padre y poeta de todos aquellos que con admiración lo leyeron ha marchado en la barca de Caronte. Será velado en el Tanatorio Memora, de Las Palmas de Gran Canaria, su segunda isla. Con él marcha la Generación del 50 y uno de los testigos presenciales del llamado caso Padilla”, dijo en Facebook, María Gabriela Díaz Gronlier, hija del poeta.

“Se fue afirmando que vivió una vida intensa y que, de tener la oportunidad, volvería a repetirla con lo bueno y con lo malo que esta le entregó. Murió pensando en una Cuba en libertad. Murió meditando sobre «¿Qué es un hombre sentado frente al mar?» La sala estará abierta hoy a partir de las 18 pm hasta las 22 pm y mañana hasta las 16 pm. Se encuentra en la calle Arguineguín, nº.24 (Las Torres)”, agregó.

Díaz Martínez había nacido en Santa Clara, el 13 de septiembre de 1936. Según se enumera en la ficha biográfica de La generación de los años 50. Antología poética (Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1984), fue profesor de Apreciación Teatral, jefe de redacción del periódico Hoy y La Gaceta de Cuba, consejero cultural de la embajada de Cuba en Bulgaria e Investigador del Instituto de Literatura y Lingüística de La Habana.

De su cargo de redactor jefe de La Gaceta de Cuba, fue expulsado cuando como parte del jurado del Premio de Poesía “Julián del Casal” correspondiente a 1968, se negó a retirarle el premio al cuaderno escogido, Fuera del juego, de Heberto Padilla.

Sus memorias de la noche del 27 de abril de 1971, cuando formó parte de los inculpados por Padilla, en su discurso público de mea culpa, fueron sintetizadas en el texto “El caso Padilla: crimen y castigo (recuerdos de un condenado)”.

“Cuando me llegó el turno, yo seguía sin saber qué decir. Pero hablé. Lo que dije está publicado. En medio de mi difícil improvisación, de pronto me vi culpando de todo aquello a la dirigencia política por no haber mantenido un diálogo constante con los intelectuales, diálogo en el que, según pensaba yo, se hubieran resuelto sin traumas todos los conflictos. ¿Ingenuidad? Mucha. La experiencia casi siempre llega tarde, y la mía aún estaba en camino. Lo que importa es vivir para darle tiempo a llegar”, relató.

De esta manera, durante los años setenta, cayó en el ostracismo y fue marginado de la vida cultural cubana.

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En 1991, firmó, junto a otros intelectuales como María Elena Cruz Varela o Raúl Rivero, la conocida como “Carta de los Diez”, una misiva dirigida a Fidel Castro donde se pedía la democratización del socialismo cubano.

Como consecuencia de la represión que se desató sobre los firmantes, Díaz Martínez se exilió desde 1992, en Las Palmas de Gran Canaria, y adoptó la ciudadanía española.

En Cuba, publicó poemarios como Frutos dispersos (1956), El amor como ella (1961), Nanas del caminante (1963) o Vivir es eso (1968).

En 2011, bajo el título de Objetos personales (1961-2011), aparece en Sevilla su poesía completa en la Biblioteca Sibila-BBVA de Poesía en Español.

Sus memorias, tituladas como Solo un leve rasguño en la solapa, fueron publicadas por AMG Editor, de Logroño, en 2002.

Codirigió la revista Encuentro de la Cultura Cubana, primero junto a Rafael Rojas y luego junto a Antonio José Ponte, luego del deceso de Jesús Díaz, fundador de la publicación.

Fue miembro correspondiente de la Real Academia Española. En 2006, el Centro Cultural Cubano de Nueva York le otorgó la medalla “La Avellaneda”, en reconocimiento a su aporte a la cultura cubana.