¿“Victoria” o “injusticia”?: la condena por “abuso lascivo” contra Fernando Bécquer genera reacciones encontradas en la esfera pública cubana

1
Fernando Bécquer (FOTO Facebook / elbecquerdecuba)
Fernando Bécquer (FOTO Facebook / elbecquerdecuba)

La condena a cinco años de limitación de libertad por “abuso lascivo” contra el trovador Fernando Bécquer, acusado por al menos una treintena de mujeres de cometer violencia sexual durante más de dos décadas, ha despertado optimismo en la esfera pública cubana por el reconocimiento de su culpabilidad y el precedente innegable sentado para este tipo de delitos –en particular, cuando el victimario es una figura pública–, pero también una amplia percepción de “injusticia” por el carácter “subsidiario” y “domiciliar” de una pena que, por ejemplo, palidece frente a las emitidas en Cuba contra manifestantes callejeros –muchos de ellos pacíficos, incluidos menores de edad– y otros ciudadanos juzgados por motivos eminentemente políticos.

“Fernando Bécquer fue declarado culpable”, escribió este jueves en Facebook el periodista Mario Luis Reyes, cuyo reportaje en el magazine independiente El Estornudo destapó el caso en diciembre de 2021. “Ahora pienso en todas esas mujeres que testimoniaron contra el trovador, que colaboraron en la investigación, que acompañaron a las víctimas de las agresiones, y que por todo esto fueron atacadas y difamadas por un grupo de energúmenos sin ningún tipo de escrúpulos”.

Reyes prefirió colocar el énfasis en el avance que constituye la resolución del caso (a reserva de probables apelaciones): “Ustedes tienen la verdad y eso fue certificado este miércoles por un tribunal cubano”, dijo. “Habrá que seguir luchando porque este hombre no siga cometiendo abusos, por una sentencia más severa, pero todas las ofensas y difamaciones contra ustedes se ensombrecen hoy”.

Su colega y activista feminista Mónica Baró criticó en una directa de Facebook el pronunciamiento –“muy débil”– de la oficialista Federación de Mujeres Cubanas (FMC), que –como señaló la también periodista Darcy Borrero– ni siquiera mencionó que se trata de un artista que se benefició de su posición social, además de que acudió al subterfugio de identificarse como “revolucionario” para defenderse de las acusaciones.

En efecto, el secretariado de la FMC se limitó a tuitear: “Declarado Culpable Fernando Bécquer, por el delito de abuso lascivo. Según el debido proceso, la sanción aún no es firme. Tanto las víctimas, como la Fiscalía y el acusado tienen el derecho a apelar. Acompañaremos a las víctimas desde la @FMC_Cuba si deciden hacerlo. #Tolerancia0”. Una variante apenas un tanto menos parca que la emitida inicialmente en la cuenta oficial de la organización de masas.

Este martes 18 de octubre, la FMC había declarado, asépticamente, que siguió el juicio efectuado en esa fecha: “atendiendo a las acusaciones de varias mujeres contra un ciudadano por violencia de género. Realizado con las formalidades y garantías del debido proceso, tanto para las víctimas como para el acusado”. Y agregaba: “Se han atendido los reclamos de las víctimas y las alegaciones del acusado, de acuerdo al sistema penal. El fallo del tribunal se dará a conocer en las próximas horas. La justicia revolucionaria prevalecerá”.

Mónica Baró subrayó asimismo que “la primera denuncia se realizó en un medio independiente [El Estornudo], en un medio perseguido por el régimen cubano, y contra una persona se identificaba como defensor del régimen, que era aplaudido por el régimen, que era promovido por el régimen”.

- Anuncio -Maestría Anfibia

A su vez, una de las denunciantes, Massiel Carrasquero Ramos, relató: “Ayer durante las 12 horas que duró el juicio, el acusado se paseó libremente por la calle, salió a almorzar y a merendar en los recesos, acompañado de su abogado, Francisco Tapia (para los que no lo recuerdan, es el abogado que salió en el NTV diciendo que los juicios de los manifestantes de 11J fueron procesos transparentes y bajo toda legalidad) mientras que las sobrevivientes estaban ahí, sudando frío, con hambre, con sed, dentro y fuera del Tribunal. […] se pavoneó por Zanja como si fuera el dueño de la ciudad, nos miraba a las que estábamos afuera como si supiera algo que nosotros no. Aclarar aquí, que sólo hacia contacto visual con las mujeres, a los hombres que nos acompañaron los ignoró por completo”.

“Ciertamente”, recalcó más adelante, “hemos ganado una batalla importante, logramos que por primera vez se llevara a juicio a un abusador reincidente. La sentencia y el proceso investigativo no fueron lo que esperábamos, pero fueron. No me conformo, no lo hago, pero reconozco que ha sido una victoria”.

Otra de las mujeres que acudió al tribunal fue la escritora Adriana Normand, quien posteó este miércoles: “Son 5 años de domiciliaria lo que le dieron al trovador violador, es la pena máxima para el delito de lascivia que es de lo que se acusa. Por eso necesitamos una ley integral que nos proteja, porque una violación no siempre lleva penetración que es lo que la ley cubana establece”.

Normand no sólo agradeció “a todas las mujeres valientes que denunciaron” y a El Estornudo, que “lo publicó cuando nadie les creía”, sino que enfatizó: “Aquellos que las llamaron mentirosas y otras cosas más ofensivas acaban de sufrir una derrota”.

En un artículo aparecido este jueves en Rialta Magazine, la autora hace notar que, últimamente, “en las calles de Cuba las mujeres han salido a sonar sus cazuelas, y la imagen más desgarradora de las protestas del 11J es la de una anciana delgada con su caldero en la mano”. Y finaliza: “Cuba es una mujer valiente que ha empezado a gritar cosas esenciales, no consignas. Yo me quedo con eso”.

“La sentencia de cinco años de limitación de libertad para el trovador Fernando Bécquer, que fue hallado culpable de abusos lascivos por un tribunal de La Habana, es una vergüenza para cualquier sistema de justicia actual. Y a eso se le suma que los medios estatales nada han dicho respecto al caso ni se ha señalado este problema fuera de Internet”, estableció la organización no gubernamental Cubalex, que criticó duramente la decisión judicial. “Esta condena no repara a sus víctimas, que al menos ya pueden cerrar este largo ciclo de revictimización, ciberacoso y demora del juicio. No contiene a un depredador sexual ni protege a potenciales víctimas futuras. Sí manda un mensaje de permisividad del Estado cubano hacia el abuso lascivo y hasta de menores de edad”.

El trovador Fernando Bécquer
El trovador Fernando Bécquer

En tanto, el jurista y académico Julio César Guanche analizó en redes sociales la decisión judicial y abrió el análisis hacia otros ángulos fundamentales como “la necesidad de una Ley Integral contra la violencia de género; la urgencia de fortalecer y ampliar las leyes que tipifican la violación y la agresión sexual; la importancia de desarrollar procesos de sensibilización y capacitación de la policía y los jueces sobre la violencia sexual; la necesidad de mejor aplicación de las leyes existentes; la exigencia del trabajo informado y crítico de la prensa sobre el tema, y la trascendencia de sostener recursos de protección, como los refugios, y de reparación, como terapias, etc”.

Si bien opinó que “cerca de una treintena de testimonios acusatorios, de los que más de cinco llegaron en este momento al juicio [zanjado con una condena]”, serían suficientes para sancionar con la privación de libertad, Guanche señaló que “otros aspectos pueden ser considerados: a) el «valor de las primeras veces»(como dije antes, es un caso singular en el panorama político-jurídico cubano, que puede convertirse en importante antecedente) b) la prisión y la severidad de las penas no es el único, ni el más eficiente recurso, para evitar delitos de violencia sexual y de género”.

“En esta materia”, argumentó, “un enfoque de salud pública –a diferencia del uso exclusivo del policial-penal–, extiende la atención y la seguridad a toda la población y se orienta más a la prevención, y al acceso de las víctimas a servicios y recursos de apoyo y reparación”. Y llamó la atención –en contrapunto con una nutrida corriente reactiva en redes sociales– sobre el hecho de “que los delitos de naturaleza política estén sobrepenalizados en Cuba no es razón para pensar que la mayor severidad de las penas es la «solución» a delitos de abuso sexual”.

El ensayista e investigador también coincidió en que la sentencia constituye “una victoria” de las mujeres testimoniantes, y todavía más, “un triunfo, así sea bien parcial, para la sociedad cubana y sus necesidades de libertad, justicia y dignidad”.

Asimismo, sostuvo que el caso Bécquer –que “generó atención, y ha llegado hasta aquí, tras la denuncia en un medio no estatal (El Estornudo)”– “refuerza, si es que hiciese falta, la necesidad de contar con medios capaces de expresar denuncias y demandas de opinión pública para lograr, como ha ocurrido en este caso, acceso al sistema de justicia”.

Mientras, según la artivista Tania Bruguera, este caso es sólo la punta del gran iceberg de violencia machista y abuso de poder que hay bajo la superficie de la sociedad y, en particular, del establishment isleño: “La razón por la cual la condena de Fernando Bécquer fue suave e ignoró la gravedad de lo acontecido a las 30 víctimas, fue porque ahí estaban viendo sus barbas [sic] arder muchos funcionarios cubanos que a lo que más pánico le tienen es a un #Metoo en Cuba y quisieron sentar un precedente light”, escribió la performer en Facebook.

“La limitación de libertad como sanción subsidiaria de la privación de libertad, es excesivamente benigna, al punto de contemplar la posibilidad de cancelar los antecedentes penales una vez cumplida la misma. Y así viene sucediendo desde hace años en casos de abusos lascivos hasta contra niñas, niños y adolescentes, bajo el silencio de esta institucionalidad disfuncional. Vergüenza, mil veces vergüenza”, declaró finalmente YoSíTeCreo en Cuba, que durante casi un año ha acompañado a las víctimas de Fernando Bécquer.

En abril pasado, esa plataforma feminista había denunciado “la impunidad” de que gozaba el trovador, quien tras conocerse la larga serie de testimonios en su contra apareció incluso en la televisión nacional, mientras, por otro lado, no había sido requerido hasta entonces por la justicia cubana.

“Hoy denunciamos que las sobrevivientes somos revictimizadas por ti, quien nos abusó. Mientras, sigues ostentando la impunidad y el poder de ser hombre, religioso [puesto que a menudo estas mujeres acudían a su domicilio para diversos rituales afrocubanos] y con el amparo y la legitimación que te da un escenario”, decía el comunicado difundido entonces a través de las redes sociales.

Colabora con nuestro trabajo
Somos una asociación civil de carácter no lucrativo, que tiene por objeto principal la promoción y fomento educativo, cultural y artístico. En Rialta nos esforzamos por trabajar con el mayor rigor profesional en la gestión, procesamiento, edición y publicación de los contenidos y la información. Todos nuestros contenidos web son de acceso libre y gratuito. Cualquier contribución es muy valiosa para nuestro futuro.
¿Quieres (y puedes) apoyarnos? Da clic aquí.
¿Tienes otras ideas para ayudarnos? Escríbenos al correo [email protected].

1 comentario

  1. Como casi todos los medios occidentales cartelizados,este no es la excepción para mentir diciendo que en Cuba hay menores presos. Los protestantes presos no fue por protestar sino por actos de violencia tipificados en el Código Penal cubano. Los menores que han sido hallados culpables de delitos graves, están en correccionales para su edad y categoría, y la mayoría, de hecho, están libres y bajo atención de las autoridades para su rehabilitación. No es nuevo que se mienta descaradamente contra Cuba y se repita como un mantra la falsedad de que hay menores presos.

Deja un comentario

Escriba su comentario...
Por favor, introduzca su nombre aquí