Condenan en redes el más reciente “acto de censura” de las autoridades culturales cubanas contra el teatro y el cine independientes

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Cartel (detalle) del Jam Audiovisual de la Cátedra del Performer de El Ciervo Encantado; Tarrero (IMAGEN Facebook / Ciervo Encantado)
Cartel (detalle) del Jam Audiovisual de la Cátedra del Performer de El Ciervo Encantado; Tarrero (IMAGEN Facebook / Ciervo Encantado)

Una nueva entrega de la ya habitual Jam Session Audiovisual, que organiza en La Habana la Cátedra del Performer de El Ciervo Encantado, tendrá proyecciones solo este viernes tras la “censura” ejercida por el Ministerio de Cultura sobre audiovisuales de los cineastas Ricardo Figueredo, Juan Pin Vilar, Fernando Fraguela y Yulier Rodríguez.

Artistas y otros usuarios de redes sociales repudiaron el hecho y manifestaron su solidaridad con El Ciervo Encantado luego de que el propio colectivo teatral denunciara en Facebook la interdicción ministerial que cercenó el programa previsto para este fin de semana.

“Estamos en total desacuerdo con esta decisión y expresamos con firmeza nuestra inconformidad con este acto de censura sin explicaciones hacia artistas cuyas obras dignifican y conforman la cultura cubana”, declaró la agrupación habanera a través de su directora, Nelda Castillo, quien aclaró que se mantiene la exhibición este 28 de abril de ejercicios académicos del grupo de tercer año de la Facultad de Medios Audiovisuales (FAMCA) de la Universidad de las Artes de Cuba (conocida como el ISA).

La programación censurada –correspondiente al sábado 29 y al domingo 30– estaba compuesta por los filmes El encargado (docu-ficción) de Ricardo Figueredo, La Habana de Fito (documental) de Juan Pin Vilar, y Existen de Fernando Fraguela y Yulier Rodríguez.

“Son chapuceros y puedo discutirlo con cualquiera… Sigan así van bien… Cada día seguirán restando y no sumando… De verdad dan pena”, afirmó Figueredo en un post de Facebook. “Gracias al Ciervo Encantado tan atento y pendiente diversificar la cultura tan jodía que tenemos”.

El propio realizador compartió en esa red social un mensaje enviado este jueves por Fernando Pérez, uno de los referentes mayores del cine cubano actual:

Una vez liquidada (no encuentro otra palabra) la Muestra de Cine Joven pensé que otros espacios alternativos comenzarían a suplir las confrontaciones y difusión del nuevo cine que es hoy y será mañana el rostro del audiovisual cubano más dinámico y renovador. El Ciervo Encantado[,] dirigido por esa gran artista que es Nelda Castillo[,] comenzó a hacerlo.

Hoy me entero [de] que nuevamente la censura impide la proyección de las obras más recientes de Fernando Fraguela, Ricardo Figueredo y Juanpin demostrando que el espacio cultural en Cuba sigue empecinadamente cerrado a la diversidad, a la divergencia y al pensamiento complejizador de nuestra realidad. Pero una vez más la censura no impedirá que el pensamiento siga siendo empecinadamente libre y que, como afirma en el documental de Juanpin ese otro gran artista que es Fito Páez, el arte y la vida sigan expresando su derecho a la duda frente a las verdades absolutas.

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 “Tres rayas más en la piel del tigre. Con estos guardianes de la noche nuestro sueño está asegurado. Nada más emancipador que un ministerio de pureza”, reaccionó de inmediato el también cineasta Kiki Álvarez, jefe de la Cátedra de Dirección de Ficción en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV).

Este jueves, Álvarez compartió además fragmentos de un texto publicado hace un lustro: “Por eso el censor es un sujeto trágico, una figura incapaz de comprender la inutilidad de su gesto”, se lee. “La tragedia del censor es no comprender la imposibilidad de modelar al mundo. Su ingenuidad, creer en el valor social de su tarea, no le permite admitir y convivir con la complejidad que lo rodea. Su poder, su capacidad de tomar decisiones y ejercerlas, es circunstancial. / Nada puede el censor contra el conocimiento y la diversidad. […] Su tragedia, la paradoja de su acción, es potenciar la curiosidad sobre lo que quiere desaparecer. […] La censura es la mano que mece la cuna de una sociedad que ha mutado a pesadilla sus sueños de emancipación”.

Por su parte, Yulier Rodríguez posteó en Facebook Existen, documental que refleja el universo de los grafiteros en la isla. “Ya que los (madafaker) del Ministerio no dejaron verlo en El Ciervo Encantado, aquí lo tienen en YouTube, para que vean lo que sucede con el arte callejero en Cuba”, escribió el realizador. “Mi más profundo agradecimiento y amor a Mariela Brito y a Nelda Castillo por su aprecio y su voluntad de ser embajadoras del arte coherente y consiente cubano. ¡Respeto y Amor para ustedes!”.

El documentalista salvadoreño Jorge Dalton consideró el nuevo episodio de censura como “una decisión arbitraria, de corte fascistoide”, y subrayó que se trata de “artistas con obras significativas, que dignifican y conforman la Cultura Cubana”.

Dalton aprovechó el post para dirigirse a la “izquierda mundial” y recordarle que, en Cuba, no solo “no hay gasolina, luz ni futuro”, sino que no faltan “censura, destierros, infelicidad general, desidia, abuso policial impune a diario, presos políticos, fuga masiva de jóvenes y detenciones arbitrarias y a granel”.

Y prosiguió el hijo del poeta Roque Dalton: “Como fue también la Argentina de Fito Páez durante la dictadura militar fascista de derecha, el Chile de Pinochet en que apagaron la voz [de] Víctor Jara y desaparecieron y encarcelaron cineastas o la Albania, Rumania, Hungría, la Checoslovaquia, la Alemania Democrática, la Unión Soviética o la Polonia Socialista y muy parecido también a la Grecia de los militares fascistas o como es hoy el infierno FASCISTA de Daniel Ortega en Nicaragua”.

“Es vergonzoso que cosas como estas sigan sucediendo hoy en Cuba. Hasta cuando van a seguir creyendo que la censura ayuda en algo a «la continuidad». [¿]En serio creen que decisiones como estas afectan a los artistas y su obra? [¿]En serio?”, se preguntaba el miércoles el realizador Manuel Alejandro Rodríguez Yong. “En vez de hacer cosas que no son nada «revolucionarias» y seguir censurando, hostigando, persiguiendo a quien piensa diferente, a quien hace público su descontento, violentando a aquellos a quienes deberian cuidar y proteger. En vez de eso deberían ocuparse de la violencia tan grande que se ha desatado en todo el país. De las desapariciones. De la corrupción imperante a todos los niveles y de todo aquello que sí afecta la tranquilidad y el bienestar de este pueblo. Hoy también con esta decisión afectan incluso la labor que el ICAIC [Instituto Cubano de Arte e Industrias Cinematográficos] viene desarrollando desde el surgimiento del Fondo de Fomento del Cine Cubano ya que una de esas obras obtuvo financiamiento del mismo”.

Su joven colega Carla Valdés dejaba a su vez un par de interrogantes no exentas de ironía: “¿Qué es la aprobación del Ministerio de Cultura? [¿]Y cómo sigue siendo su peso tan peligroso y tan descabellado?”, mientras que Juan Carlos Sáenz de Calahorra remitía también con un hashtag al precedente de la Muestra Joven, fenecida hace pocos años bajo el peso de la censura institucional.

“Otros 2 proyectos en los que participé como director de fotografía que son censurados, otros 3 proyectos de cine hechos por cubanos y para cubanos que quieren desaparecer, la lista es larga”, escribió en su perfil de Facebook el cinematographer Raúl Prado: “en realidad la orden siempre parte del Departamento Ideológico [del Comité Central del Partido Comunista] o de la SE [Seguridad del Estado], nadie más se atreve a dar órdenes… Otro ejemplo más de la decadencia y lo mediocre que ofrece el «Gobierno» en la isla, otro ejemplo más del Totalitarismo y la «continuidad» esa de la que tanto hablan”.

El realizador Karel Ducase Manzano se sumó igualmente a la ola de apoyo y solidaridad en redes con El Ciervo Encantado y los cineastas censurados; en tanto, la editora cinematográfica Lilmara Cruz Pavón manifestó: “No hubo concierto de la Sinfónica el pasado domingo por falta de respeto y no habrá proyección en el Ciervo por falta de libertad. / La cultura es un combustible también”.

“«Qué digan que censuramos. Total, aquí todo el mundo censura», dijo el continuador [Miguel Díaz-Canel]”, recordó en su página de Facebook el crítico Dean Luis Reyes, quien apuntó socarronamente: “Luego, cuando cuento por ahí que para ver cine cubano en Cuba es mejor ir a la cancha de tenis de la Embajada de Noruega, me miran como si estuviera loco”.

Tras expresar su solidaridad con Figueredo y Vilar, la historiadora y académica cubana Alina Bárbara López Hernández –quien recientemente ha sido víctima de acoso policial e, incluso, de detención arbitrariaestableció: “Mi opinión, dada la proliferación constante de actos de censura ante los ojos de la opinión pública, es que actualmente en Cuba las instituciones, las universidades, las calles y el gobierno, no son «de los revolucionarios» (como afirma el demagógico discurso oficial), sino de los contrarrevolucionarios”. Y finalizó: “Cuba, donde se vive hace tiempo el 18 Brumario 2.02”.

“El arte perdura y perdurará; los funcionarios serán olvidados. Viva la cultura”, dijo a su vez el escritor y traductor Rodolfo Alpízar, tras “dejar bien claros mi apoyo a los censurados y mi absoluto repudio a los enemigos de la cultura capaces de censurar obras de arte”.

En tanto, el músico Jorgito Kamankola emplazó a los artistas cubanos, y hasta a los fanáticos de Fito Páez, para que muestren su respaldo a los censurados: “al menos por moral, la cobardía y el servilismo no pueden ser más grandes que el amor a nosotros…”, dijo, “ya está bueno de hacerse los bizcos pa verla doble… no sigan decepcionando…”.

También reaccionaron al “acto de censura” denunciado por El Ciervo Encantado el joven promotor cultural Raymar Aguado Hernández, quien padeció el año anterior un gesto similar por parte de las autoridades culturales isleñas; el reportero independiente y activista de la comunidad LGBTIQ+ Maykel González Vivero, o la periodista y feminista Marta María Ramírez, quien –al “acompañar como pública y ciudadana”– se cuestionó asimismo: “por qué la solidaridad no se expresa retirando todas las obras del Jam audiovisual”.

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1 comentario

  1. Lo ocurrido con las obras de Figueredo, Juan Pin, Yulier y Fraguela se suma a la extensa y bochornosa lista de censuras que, durante ya más de 60 años, ha sido ejercida no solo sobre nuestro arte, sino contra el derecho a la libre expresión de todo un pueblo. Cientos de cubanos, la mayoría de ellos jóvenes, sufren injustas condenas por eso, mientras que gran parte de nuestro mejor talento emigra de un país en el que no se respetan las libertades básicas. Varios de nuestros más valiosos cineastas son parte de ese interminable éxodo. Rechazo este nuevo episodio de censura. Respaldo el civismo de mis colegas, el de todas las voces que se han alzado en contra y el del colectivo de El Ciervo Encantado.

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