Liuvan Herrera Carpio: poemas

    1

    Hierros de carnaval

    Fraguados en herrerías clandestinas
    viajan sobre trailers ominosos
    por la cicatriz nacional,
    artefactos para la diversión,
    que en carnavales de barrio
    se erigen en sólo una hora.
    Piezas de antiguos centrales
    adobadas por años en el alcohol
    de almíbar,
    ahora toman sitio
    en sillas voladoras y en
    botes suspendidos en el arco
    de su viaje.
    Quien no asistió al esplendor
    de los parques eléctricos,
    podrá encontrar aquí
    una desleal imitación.
    Di adiós a tu hijo mientras
    resiste su vértigo
    en las pequeñas jaulas
    de “El Exterminador”.
    Subamos a “El Dragón”
    cuando su mal trazado ojo
    ve derramar la cerveza sin nombre,
    detenida en odres de extraño níquel
    y disputada por caballeros de sed medieval.
    Sobre las esteras de montaña rusa
    oyendo crujir los frenos de la noria,
    te dije: Qué triste el país.
    —Diviértete, fue la respuesta
    mientras me alcanzabas un
    algodón de azúcar,
    traída del gran Brasil
    en oscuras bodegas
    de lujosos trasatlánticos.

    Palabra de almirante

    Tres barcas de papel son
    situadas en el ojo del desagüe.
    El fotógrafo deberá
    encuadrar su agonía con prisa,
    pues el remolino de mugre
    hace de ellas
    una agresiva metáfora de la existencia.
    Hacia dentro viajarán,
    sostenidas por ofelias del tizne,
    sabiendo que sobre ellas en la ciudad injusta
    la vida traspasa a sus hijos
    con una aguja de tedio.
    La arena intocada no las espera.
    Tendrán que mentir
    al encallar en la orilla de los des(h)echos
    como las tres carabelas del almirante;
    aunque en la imagen
    se les vea partir, resueltas.

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    LIUVAN HERRERA CARPIO
    Liuvan Herrera Carpio (Fomento, 1981). Poeta, investigador y editor. Licenciado en Letras por la Universidad Central de Las Villas y Máster en Cultura Latinoamericana. Desde 2012 reside en Riobamba, Ecuador. Se desempeña como profesor en la Universidad Nacional de Chimborazo. Ha publicado los cuadernos de poesía Entre dos cristos (2005), Animales difuntos (2006), Discurso del hambre mientras se marchitan dos ciudades (2009), Muertos breves (Premio Eliseo Diego; Ediciones Ávila, 2011) y Flashes (2011); y el ensayo La sencilla palabra. Franciscanismo poético en la obra de Dulce María Loynaz (Premio Pinos Nuevos 2011). Ha merecido por su labor ensayística los premios Segur (2009) y Eliseo Diego (2012), entre otros.

    1 comentario

    1. Vistos en tu poema, cobran nuevo sentido estos artefactos que al ojo de la plebe solo son hierros nostálgicos. Ya quiero que otra vez mis hijos los cabalguen, sin pensar en el ácido olor y la lágrima de aceite y pintura que desprenden. Quiero yo también comer juntos a ellos un algodón de azúcar importada . De todas formas hermano la vida cambia y con ella sus sabores. Dime que nunca cambiará nuestro abrazo.

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