Leyendo en estos días los diarios criollos me he detenido en algunos comentarios que me perece interesante glosar:

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Virgilio Piñera, en su última aparición como El Escriba, sugiere al nuevo director de la Nueva Revista Cubana −que sucede ser quien escribe estas líneas− que la revista, como las orquestas, llame de vez en cuando a directores invitados. Es una sugerencia interesante. Lo que creo es que no debe limitarlo a una publicación. Bien podría El Escriba sugerir que se ensaye en otras, por ejemplo, en Lunes de Revolución, al que unas líneas antes había aludido, diciendo que solía escasearle el material, en el periódico mismo, y, desde luego, en la columna de El Escriba. ¿Imaginan los lectores lo que sería la columna “Puntos, Comas y Paréntesis” si los escritores que él sugirió como directores invitados, y muchos más desde luego, alternaran con Virgilio Piñera en la confección de la sección? Sin duda que también entonces, para usar sus propias palabras, conoceríamos del rapé a la TNT, del simple estornudo a volar por los aires. Y algunas veces ni lo uno ni lo otro. Y, finalmente, el método podría llevarse también (ya que de la música pasó a la literatura, no hay por qué detenerla en esta) a otras ocupaciones, oficios y magistraturas, privadas y públicas. Todo eso imprimiría sin duda, al país, una singular dinamia, mediante el sencillo expediente de la alternancia rotativa o traslaticia.

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