Virgilio Piñera: “Pública explicación de un voto”

En el Acta levantada con motivo del otorgamiento del Premio de Poesía convocado por la Casa de las Américas hay un inciso que dice: “El señor Piñera produce su voto particular a favor del libro Revolución del ser por considerar que el libro Dios trajo la sombra no le merece la suficiente calidad poética”. Me explicaré: los señores Carrión y Guillén invocaron, para conceder el premio al citado libro, su condición de americano. Dijeron textualmente: “Es una voz americana”.

Parece ser que la bondad poética de un libro como Dios trajo la sombra se asienta en la mera contingencia de lo americano y no en el intrínseco valor poético. Por el contrario, este libro es una muestra más de esa mala poesía de todos los tiempos que o sirve a una consigna o es el producto gratuito de un derroche verbal innecesario. Asimismo el jurado invocó que, a tono con el momento revolucionario que vivimos, un libro como al que aludo es un estímulo para nuestra Revolución.

En todo esto estamos de acuerdo y también sabemos que es precisamente la Revolución quien fortalece a la poesía.

Ahora bien, poesía revolucionaria es aquella que, sin apoyarse en consignas, revoluciona por sí misma el ámbito poético, y esto es posible porque entre otras cosas la Revolución ha vigorizado la voz de sus poetas.

Si el libro objeto del premio reuniera lo revolucionario social y lo revolucionario poético, no habríamos vacilado un momento en darle nuestro voto. Pero consideramos que, poéticamente hablando, dicho libro está en las antípodas de lo que pudiéramos llamar la gran poesía. Esta, como el arte todo, debe estar al servicio de la Revolución a condición de no ser falseada, de no ser pura propaganda y, sobre todo, que quien la haga sea un verdadero poeta.

En definitiva, otorgar un premio a libros como el premiado produce confusión; semejante a un boomerang acaba por volverse violentamente contra su propio autor.